Erwin Creed es el corazón de la legendaria casa de perfumes Creed, y su presencia exuda la misma sofisticación que sus fragancias. Al encontrarnos en su tienda en Masaryk, nos transporta a un universo de aromas históricos y modernos. Como el hijo del maestro perfumista Olivier Creed, Erwin sigue el legado familiar con pasión, manteniendo viva una tradición que ha perfumado a figuras como Jorge III y la Reina Victoria. Entre sus creaciones están los icónicos Love in White y Virgin Island Water, reflejando su enfoque en calidad y creatividad.
Su amor por la velocidad y el diseño lo llevaron a mudarse de París a Suiza, para vivir cerca de un circuito de pruebas de autos y criar a sus dos hijas en los Alpes. Erwin está determinado a preservar y transmitir el legado de Creed: perfumes que buscan la excelencia sin preocuparse por las modas del mercado. “Nos enfocamos en calidad e innovación, no en hacer un best-seller”, comenta. Para él, la esencia de Creed está en la autenticidad y el uso de ingredientes naturales, asegurando que cada fragancia esté impregnada del ADN de la marca.
Con un compromiso inquebrantable con la sostenibilidad, Erwin selecciona los mejores ingredientes directamente en su origen, buscando la calidad en cada destilación. Como él explica, la casa Creed se inspira en el concepto del “millesime,” una cosecha especial que representa la exclusividad. Ya sea vetiver de tierras lejanas o jazmín de India y Egipto, Erwin se asegura de que cada ingrediente mantenga su esencia única. Viajar también es su fuente de inspiración, y recientemente en México, se ha maravillado con la energía y cultura local, soñando con explorar más del país junto a su familia.
Fiel a su estilo clásico y sobrio, Erwin prefiere la elegancia sin ostentación, reflejada en su ropa y en cada detalle de las fragancias Creed. “Desde 1760, hemos trabajado para preservar la biodiversidad y rescatar las mejores fragancias de la naturaleza”, afirma. Con miras a continuar el legado familiar, Erwin imagina a sus hijas algún día tomando las riendas de Creed, manteniendo viva una tradición de excelencia que ha perdurado a través de los siglos.